Creer o dudar: ¿es bueno ser escéptico?
El escéptico desconfía o duda de la verdad de algo. ¿Se puede vivir abrazado al escepticismo? ¿Sería ésta una buena vida? En estas preguntas hay en juego dos tipos de problemas, uno relacionado con el conocimiento, con la verdad de los juicios (epistemología) y otro de índole ético o moral sobre “la buena vida”. Aunque en la historia de la filosofía ambos tipos de problemas tienen un largo recorrido, en la Antigüedad el escepticismo filosófico era, sobre todo, una oferta ética, una búsqueda de la felicidad. Sin embargo, el análisis actual del escepticismo está quizá más relacionado con la teoría del conocimiento, con los criterios para aceptar los juicios como verdaderos o falsos. No todas las dudas tienen el mismo calibre, o las mismas consecuencias. Mantener un cierto escepticismo sobre las ventajas destacadas por el vendedor de un nuevo seguro o de un cambio de compañía telefónica parece bastante saludable. Creerlo todo a pie juntillas seria pecar de ingenuo o de crédulo. A est