Dios ha muerto
En el Aforismo 108 con el que se inicia el Libro tercero de La Gaya Ciencia, Nietzsche nos anuncia un acontecimiento trascendental: Dios ha muerto. La “muerte de Dios” es una de las ideas centrales de su filosofía, que aparece por primera vez en este aforismo, y que recorre gran parte de su obra. ¿Quién ha matado a Dios? Nietzsche nos narra en el aforismo 125 el episodio del “ hombre frenético ” que, cual Diógenes, irrumpe en el mercado, en la claridad del mediodía, provisto de una lámpara, y gritando como poseído “¡Busco a Dios, busco a Dios!”. La plaza está repleta de ateos que se ríen y le increpan con sorna: “¿ Se ha extraviado como un niño?” ¿Se ha embarcado en un navío? ¿Tiene miedo de nosotros? El hombre frenético les responde: ¡ Nosotros lo hemos matado, vosotros y yo! Sin duda sus asesinos son los ilustrados, Descartes y su razón, la ciencia con su arrogante empirismo y positivismo. Ha sido la propia tradición occidental la que ha matado a Dios, la que lo ha susti