Subida a la Torre
Me jubilo, me retiro a La Torre. Afronto el nuevo escenario sin planes ni objetivos, pero con varios propósitos: a) Crear una razonable discontinuidad con el pasado profesional. b) Reflexionar más sobre la existencia. c) Atrapar cada segundo. Desde la Torre realizaré sucintos ejercicios filosóficos, de principiante. Y tal vez, hablaré de mi, a lo Montaigne (salvando las distancias, claro)